Un atractivo especial tiene la historia del aceite de oliva en Chile. Tradicionalmente un producto exclusivo en la cocina y en la mesa, en los últimos años ha tenido un interesante repunte. El consumo del importado muestra un crecimiento sostenido, mientras la producción nacional está comenzando a construir marca y a penetrar el mercado.
La emergencia de conceptos como la alimentación sana, en el cual se enmarca la llamada dieta mediterránea, sumada al descubrimiento de Chile como un terreno fértil para los mejores aceites, ha hecho que estemos en presencia de un fenómeno que amenaza con revolucionar el mercado, tal como lo hizo el vino, y es probable que en un plazo no mayor de diez años la situación del consumo interno y de las exportaciones sea completamente distinta.
En efecto, los productores nacionales han incrementado sus volúmenes, están comenzando a exportar y ya obtienen premios en el extranjero. Se asegura que en Chile se produce sólo aceite de oliva extra virgen, que es el de mejor calidad, mientras que de Europa y Argentina llegan aceites de diversas calidades, algunas de las cuales son incluso dañinas para el organismo.
Por precio, el aceite de oliva no tiene mucho que hacer frente a los aceites vegetales o de maravilla. Esto determina, por ejemplo, que el segmento vegetal llegue al 95% de los hogares, el de maravilla lo haga al 73% y el de oliva, sólo al 17% de ellos, de acuerdo a cifras de ACNielsen. La misma consultora de mercado indica que el consumo de aceite de oliva está mayormente asociado al grupo socioeconómico alto.
Sin embargo, por calidad y sabor, el oliva se posiciona como ampliamente superior. Por otra parte, la diferencia de precio se ve atenuada por el hecho de que el aceite de oliva alcanza más duración en el hogar, porque se utiliza en menores cantidades.
En todo caso, la mayor diferencia de precio se da en relación con el aceite de oliva extra virgen importado, de marcas de reconocido prestigio, como los españoles Carbonell y Borges, o los italianos Basso, Santagata y Divella.
En el caso de la industria nacional, las estrellas son Olave, de Agrícola Valle Grande, y TerraMater, que produce las marcas Canepa, Petralia y más recientemente Casta de Peteroa. Junto a ellas está Valle Arriba, empresa que surgió de la venta de los olivares que tenía la cooperativa agrícola Capel y que posee la marca Kardamili. Don Daniel, Fray Jorge y Huasco son otras marcas que tienen menor producción, y por lo mismo su distribución se concentra en determinadas regiones, en especial del norte del país.
En todo caso, aún la participación del aceite de oliva nacional en el consumo interno sigue siendo baja, pues no supera el 20% del total, que en la actualidad se sitúa en dos mil toneladas (150 gramos per capita anual). La procedencia de los importados fue, en el 2002, mayoritariamente de España (47%), seguida de Italia (34%) y Argentina (19%).
Sin embargo, en los primeros cuatro meses de este año, la composición cambió radicalmente. Es así que el aceite argentino representó el 45% de las importaciones, mientras que el español significó el 35%, e Italia, el 20%. Si nos comparamos con los consumidores históricos del aceite de oliva, los chilenos estamos a años luz de distancia, pues contrastan los 150 gramos nuestros con los 21 kilos por habitante que se ingieren en Grecia, los 14 kilos de España y los 12 kilos de Italia. Incluso, Chile está muy lejos de los 800 gramos que anualmente consume cada estadounidense.
A través de la televisión, en programas relacionados con la salud y con la gastronomía, lo mismo que en revistas especializadas y también misceláneas, se habla de lo bueno que es el consumo de aceite de oliva , aclarando que no todo el aceite de oliva es beneficioso, sino aquel de calidad.
Fuente Publimak
Fuente Publimak
ANEXO
Según la asociación de productores del rubro se espera que el año 2014, se alcancen más de 35 mil hectáreas plantadas, lo que aumentaría considerablemente las 20 mil que hay hoy.
Si bien se trata de un mercado emergente que sólo en el año 2002 comenzó a ser un tema nacional, ya se puede confirmar que hoy en día Chile es uno de los principales productores de aceite de oliva y la región del Maule concentra el 40% de la producción país, con tres mil 500 hectáreas plantadas de aceite de oliva extra-virgen Premium, según datos entregados por Corfo.
Según indicó el presidente ejecutivo de ChileOliva, Manuel Saavedra, este aceite es la nueva gran apuesta de la industria agroalimentaria nacional. Y como recién nacida, está dando sus primeros pasos y ya se pueden ver sus primeros logros.
0 comentarios